Janarde

Con una personalidad marcada, como si su rostro fuerte mirara el rio con la atención de un vigilante, Janarde extiende su caserío de esquisto a lo largo de un trozo de tierra, hacia el río. El río Paiva tiene sus encantos, que hacen crecer en sus márgenes estos pequeños labirintos mágicos marrones y grises, donde las iglesias tienen su papel central, como es ejemplo la Capilla de São Bernabé, que saluda a quienes visitan Jarnade. La fiesta del patrono sigue siendo organizada por las gentes de la aldea, de forma a que la misma se mantenga como uno de los puntos altos de la vida comunitaria. Janarde, así como la generalidad de las aldeas tradicionales que existen en este costado del Arouca Geopark, no es más una aldea perdida.