







































Donde el agua moldea la piedra
La gente dice que "caer constantemente usa la piedra". Esto es lo que sucede con las calderas gigantes, moldeadas por las aguas del río Caima, que no comienza muy lejos de aquí. Cerca de nosotros surge el lecho del río, estrecho y con paredes empinadas, montado en el sustrato rocoso. La erosión y el transporte de sedimentos a veces ocurren abruptamente. Las hervidores gigantes son el resultado de esa dinámica fluvial, depresiones más o menos redondas, perforadas por el agua en el granito de la Sierra Freita.
Las hervideras se originan de las irregularidades de los lechos rocosos de los ríos. Ellos conservan algunos sedimentos en sus alrededores. La acumulación de sedimentos va a causar un momento de remolino del agua, cuya energía cinética proporciona un movimiento circular. Poco a poco, debido a la fricción, los sedimentos cavan un agujero más o menos circular en el lecho del río Caima, y se mantienen dentro de ellos. Con el paso del tiempo, las depresiones aumentan y las piedritas que están dentro se vuelven cada vez más esféricas.
Estas depresiones siempre se dirigen hacia arriba y pueden aparecer solas o en grupos. Con el tiempo, las depresiones se vuelven más profundas y mayores, ya veces pueden coalescer unas con otras, formando canales progresivamente más profundos - canales de drenaje de agua.
Las calderas gigantes del río Caima se vuelven cada vez mayores a medida que nos acercamos a la Frecha de la Mizarela. Esto es debido a un ligero aumento de la inclinación del río, causando el aumento de la velocidad del agua y una mayor capacidad erosiva, como consecuencia, existen más grandes "hervidoras".